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El Conicet descubrió una nueva especie de dinosaurio en Neuquén

Científicos del Conicet, en colaboración con investigadores de otras instituciones, han realizado un asombroso hallazgo al descubrir un nuevo saurópodo titanosaurio casi completo, que habitó hace aproximadamente 86 millones de años en la provincia de Neuquén. Este dinosaurio ha sido nombrado Inawentu oslatus y proviene del Cretácico Superior de la Patagonia. El sitio de descubrimiento se ubica en la región conocida como La Invernada, en la localidad neuquina de Rincón de los Sauces.

El hallazgo es especialmente notable ya que se encontró el cráneo, que estaba completamente articulado al cuello y a todas las vértebras dorsales, además del sacro con los iliones. Según Leonardo Filippi, investigador del Conicet en el Museo municipal Argentino Urquiza y autor principal del estudio publicado en la revista Cretaceous Research, «Lo único que le falta son las extremidades, algunos huesos de la pelvis y la cola», y señaló que «el resto está todo entero, incluso tenía algunas costillas dorsales articuladas».

El descubrimiento de estos fósiles tuvo lugar en 2014, mientras los científicos excavaban restos de un abelisáurido, y notaron un hueso que sobresalía de la tierra a pocos metros. Sin embargo, fue en 2015 cuando pudieron continuar con los trabajos y se dieron cuenta de las características particulares del cráneo, especialmente en su mandíbula, que presentaba un maxilar ancho y un dentario cuadrangular en la parte anterior, características asociadas a hábitos alimenticios que implicaban comer vegetación más cercana al suelo, en lugar de la parte alta de los árboles. Esto se asemeja a los saurópodos rebaquisáuridos, un grupo de saurópodos más antiguos, lo que llevó al nombre «Inawentu», que significa «imitador» en lengua mapuche.

El hallazgo también arroja luz sobre los ecosistemas del pasado, ya que los investigadores han identificado varios tipos de dinosaurios herbívoros y carnívoros, así como tortugas y cocodrilos, en la misma zona. Esto les permite entender cómo estaban configurados esos antiguos ecosistemas, qué roles desempeñaban los diferentes actores y cómo estaba compuesta la vegetación en ese momento y lugar. La investigación ha involucrado a científicos del Conicet y de diversas instituciones, incluyendo el Instituto Patagónico de Geología y Paleontología y el Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis, entre otros.

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