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Preocupa el bajo nivel de vacunados durante el 2023 contra el Covid.

En Argentina, el 90 por ciento de las 419 personas fallecidas a lo largo de este año debido al virus no habían sido vacunadas o no habían recibido su dosis de refuerzo a tiempo. Esto subraya la importancia de la vacunación en la lucha contra la pandemia.

Además, se deben tener en cuenta las variantes que siguen surgiendo, lo que hace que la vacunación sea aún más crucial para proteger a la población. Se anima a las personas a recibir las dosis de la vacuna correspondientes y a seguir las recomendaciones de las autoridades de salud para mantenerse a salvo y prevenir la propagación del virus.

La pandemia de COVID-19 ha entrado en una nueva fase, en la que el virus ya no se propaga con la misma intensidad que en los años anteriores y no está provocando crisis sanitarias a gran escala como las que se experimentaron anteriormente. Sin embargo, esto no significa que debamos subestimar el virus. Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la COVID-19 causó la muerte de 1,900 personas en el último mes. Aunque a nivel mundial no se considera una emergencia de salud pública, la aparición de nuevas variantes sigue siendo un riesgo latente que debemos abordar con precaución.

Las subvariantes de Ómicron, como «EG.5» (conocida como Eris), «BA2.86» (o «Pirola») y XBB 1.5, están ganando presencia debido a su capacidad para evadir las defensas del sistema inmunológico. El problema subyacente es la falta de avance en la vacunación. Según el sitio Our World in Data, si en los picos de 2021 y 2022 se estaba vacunando a un ritmo sin precedentes en todo el mundo, en la actualidad ese ritmo es mucho más lento. Para ponerlo en contexto, el 25 de junio de 2021 se vacunaron 42 millones de personas en todo el mundo, mientras que el 29 de septiembre de 2023 solo se vacunaron 15,120 personas.

Esta situación subraya la importancia de seguir impulsando las campañas de vacunación y garantizar que las personas tengan acceso a las vacunas necesarias para protegerse contra el virus y sus variantes. También es crucial mantener las medidas de prevención, como el uso de mascarillas en lugares con alta transmisión y el distanciamiento social, para reducir la propagación del virus y minimizar su impacto en la salud pública.